Los nuevos avances terapéuticos y cómo pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) han sido los temas centrales tratados en la reunión IBD Highlights, organizada por la compañía biofarmacéutica AbbVie y declarada de interés docente por el del Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (GETECCU). Cuenta con el aval de la Asociación Española de Gastroenterología (AEG) y el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario de La Princesa y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD).
Los más de 250 gastroenterólogos que han tomado parte en esta edición -que ha puesto el foco en el tratamiento de los pacientes que viven cada día con esta enfermedad- han podido actualizar sus conocimientos sobre la EII y compartir la información científica más relevante en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, según ha comunicado Javier P. Gisbert, responsable de la Unidad de Atención Integral al paciente con Enfermedad Inflamatoria Intestinal del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid, jefe de grupo del CIBEREHD, coordinador y uno de los ponentes en esta reunión.
El Dr. Gisbert ha indicado que “en la Enfermedad Inflamatoria Intestinal todavía existen necesidades por cubrir, si bien es cierto que nos encontramos ante una etapa muy prometedora en el manejo de los pacientes con EII, gracias al incremento de opciones terapéuticas. Además, cada vez más, tratamos de alcanzar objetivos más exigentes para conseguir la mejoría global del paciente”.
En este sentido, Ana Gutiérrez Casbas, del Servicio de Medicina Digestiva del Hospital General Universitario de Alicante, investigadora CIBEREHD y vicepresidenta de GETECCU - también ponente en este foro- cree que “las últimas actualizaciones en EII van a contribuir a mejorar la calidad de vida de los pacientes y a hacer frente a sus necesidades no cubiertas". Entre otras, la vicepresidenta de GETECCU ha destacado el hecho de que “todavía existe una proporción no despreciable de pacientes refractarios a distintas líneas de tratamiento y que dificulta predecir la respuesta a las terapias actuales”. Lo que, dicho de otro modo, según la experta, “hace que todavía estemos lejos de la medicina personalizada en EII”.
Para la Dra. Gutiérrez Casbas, uno de los retos pendientes es conseguir una mejoría global para el paciente “desde su propio punto de vista, más allá de la mejoría clínica o endoscópica, teniendo en cuenta todo lo que es importante para nuestros pacientes”.
También ha recordado que la EII, por sus características clínicas (dolor abdominal, diarrea, sangrado, afectación perianal...) “afecta todas las esferas de la vida del paciente: física, emocional, con implicaciones laborales y sociales, así como de relación”.
Y en este sentido, considera que, por una parte, “hay que ahondar en el estudio de los mecanismos fisiopatológicos de la enfermedad y de los mecanismos de acción de los fármacos. Y por otra, se debe mejorar en el conocimiento de los factores de predicción de respuesta a las terapias que nos permitan posicionar adecuadamente las distintas opciones terapéuticas”.
Sobre la EII
La enfermedad inflamatoria intestinal se define como un grupo de trastornos inflamatorios que engloba dos enfermedades: la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Se trata de una patología de causa desconocida pero mediada inmunológicamente, cuyos síntomas son muy variados y suelen incluir la diarrea o el dolor abdominal, llegando en ocasiones a requerir cirugía o ser incapacitantes para los pacientes.
Durante el desarrollo de la enfermedad, se pueden presentar complicaciones, tanto intestinales (oclusión intestinal, deficiencias nutricionales, etc.), como extraintestinales (dermatológicas, reumatológicas, oculares y hepatobiliares, entre otras). La aparición de los síntomas de la enfermedad es impredecible, con periodos de remisión y recaídas y, en muchos casos, llegan a requerir hospitalizaciones e intervenciones quirúrgicas. La cronicidad de la enfermedad, los controles periódicos, un tratamiento farmacológico continuado y la posible necesidad de intervenciones quirúrgicas tienen una gran repercusión en la vida familiar, laboral y social del paciente, y condicionan considerablemente su percepción de salud y su calidad de vida.